Camarero: Buenas tardes, ¿qué desea?
Cliente: Buenas tardes, quiero mesa para tres, para mí y para mis dos hijos. ¿Puede ser en la terraza?
Camarero: Déjeme mirar, a ver si hay disponibilidad. Sí, sí. Queda una mesa. Acompáñeme.
Cliente: Vale, gracias.
Camarero: Ahora le preparo la mesa. Vengo en un minuto con el mantel y los cubiertos y le tomo nota.
Cliente: De acuerdo.
Camerero: ¿Comerán de menú o de carta?
Cliente: De menú. ¿Qué tienen?
Camarero: De primeros, ensalada, paella de carne, gazpacho y mejillones al vapor.
Cliente: Pues para mi hija y para mí nos pone paella y para mi hijo mejillones, que le encantan.
Camerero: De segundo, tenemos pechuga de pollo, merluza, salmón, y bistec de ternera.
Cliente: Para mí merluza. ¿Puede ponerme algo de verdura con la merluza?
Camerero: Sí, claro.
Cliente: Gracias. A mi hijo le trae bistec de ternera bien hecho con patatas fritas y a mi hija le pone salmón con patatas fritas.
Camarero: ¿Y qué les traigo de beber?
Cliente: A mí me trae una copa de cerveza bien fría que hace mucho calor y a mis hijos les trae agua de jarra.
Camerero: Muy bien. Pues ya tengo todo. Ya le tomaré nota de los postres cuando terminen de comer.
Cliente: No, no. Ya puede tomar nota. Yo, en vez de postre, quiero un café con hielos. ¿Es posible?
Camarero: Sí, sí. Se lo pongo.
Cliente: Perfecto. A los chicos les trae fruta del tiempo. ¿Qué tienen de fruta?
Camarero: Tenemos manzana, melón y sandía.
Cliente: Traiga para ambos melón que es su fruta preferida.
Camarero: De acuerdo. Ya he tomado nota de todo. En cinco minutos, les traigo el primero.
Cliente: Muy bien. Gracias.